En este blog se trata de SEGUIR PESCANDO a través del texto para mantenernos conectados con la pesca. Y el de promover diferentes acciones o actitudes para que podamos SEGUIR PESCANDO a través del tiempo.
Aquí encontré la forma de agrupar y compartir algunos textos publicados en diferentes medios donde tomé participación, con el solo interés de difundir mis experiencias y opiniones.
Espero continuar agregando notas que puedan tener interés en los lectores que quieran SEGUIR PESCANDO.

lunes, 7 de marzo de 2011

A río alto...

Publicado en la Revista EcoCiencia y Naturaleza Nº18 - 2010
La crecida del Paraná y la Pesca con Mosca

(Villa Constitución, Santa Fe)
Por Fabio Baena
Fotos Mauricio Musso

A río alto, ¿ganancia de pescador?...
Cuando “se viene la creciente”, lo que para muchos es un problema, para otros no es más que un ciclo lógico y normal, con más beneficios que perjuicios.

Este fenómeno pareciera que en los últimos tiempos fuera más catastrófico al de épocas anteriores, según la atención que dedican los medios de comunicación, tal vez por que las frecuencias ya no son las mismas y se vaya perdiendo la costumbre.
Los diferentes usos que se le fueron dando a los suelos inundables hacen suponer que los periodos de crecidas les juega una mala pasada a quienes los explotan.
Sin embargo, cuando el río crece, crece en varios sentidos. No sólo es más volumen de agua que escurre, la cota que sube, la tierra que inunda, también crece la vida acuática en términos cuantitativos. Especialmente si estos repuntes de agua se producen cuando el clima entra en calor sobre el hemisferio sur del planeta, aunque hoy parezca una casual coincidencia, la naturaleza diseñó estos sistemas para que así debiera ocurrir siempre.
Desde mediados de la primavera el río viene tomando altura y a esto lo acompaña un prolífico desove de muchísimas especies acuáticas. Tal vez los desoves sean siempre los mismos con aguas altas o bajas, pero los ambientes que se generan con las aguas altas proveen un mayor factor de sobrevida durante las primeras etapas de crecimiento de varias especies, que son mucho más vulnerables en poca agua.
En síntesis, esto hace que haya más peces. Es obvio y es lógico pensar que estos peces alcanzarán una talla apropiada para lo que un pescador con mosca pretende dentro de un tiempo prudencial, pero la disponibilidad de alimento y condiciones climáticas favorables, hacen que los peces de nuestro interés logren esas tallas pretendidas en menor tiempo. Pero especialmente nos ilusiona y alegra ver que el Paraná crecido se llena de vida.


¿Dónde pescar?
Así, en estas condiciones, suena bastante complicado, ¿donde pescar con tanta agua?, ¿donde encontrar los peces con tanta superficie de dispersión que disponen?
Atacar los bordes es casi una obviedad, aunque ahora estos son más difusos cuando empiezan a cubrirse de agua y lo que fue tierra firme, albardón, barranca, quedan sumergidos.
Los accidentes costeros se desdibujan y todo parece un gran río con algunos rastros marcados por la vegetación ribereña. Sin embargo aparecen nuevas señales tales como desbordes, descargas de lagunas, árboles semisumergidos, cambios de velocidad de las aguas y su coloración, incluso hasta los olores se deben tener en cuenta, aunque suene un tanto disparatado. Por ejemplo, en las lagunas que estuvieron cerradas por mucho tiempo durante épocas de bajantes se descomponen sus aguas, al crecer el río las vuelcan hacia las corrientes fluyentes y es donde se detecta un aroma no muy agradable, estos son sitios poco convenientes, marcando también donde no perder tiempo en la búsqueda de un pez importante.
Queda claro que este tipo de pesca se debe realizar desde una embarcación, aunque en algunas circunstancias existen posibilidades de vadear por el propio terreno inundado, con extremos cuidados. Sin dudas que es mucho más provechoso cuando se realiza contratando los servicios de un guía de pesca, conocedor de sus propios ambientes y en distintas condiciones de altura, quien pondrá al pescador en situación de pesca sobre los lugares que el mismo va testeando día a día, pero quien domina la caña, quien debe acertar el tiro y animar la mosca, digamos, generar todas las condiciones propicias para que ese pez acepte lo que supuestamente es su alimento, está en manos del “Mosquero”…

¿Cuales son las alternativas

Terreno inundado, desborde o “reventón”
Con estas características no es fácil distinguir marcas claras, más que la vegetación de tierra firme a medio asomarse o un fuerte caudal que entra o sale de las islas buscando su nivel.
Sabemos que el río sube y baja en forma gradual, ese movimiento de la cota hace que un mismo lugar de pesca cambie su fisonomía incluso a veces de un día para el otro, provocando que el agua salga y entre sobre las islas o se estabilice si supera con holgura la altura del albardón.
En el terreno inundado, se debe castear hacia lo que es el campo cubierto de agua, y sacar la mosca nadando a río abierto, simulando un pez pequeño que sale desde las lagunas interiores. En cambio, si se encuentra un reventón la situación es inversa, en este caso se puede realizar mejor la pesca vadeando para castear ahora sobre río abierto y traer la mosca para que nade por arriba del desborde. El dorado asecha oculto en las barranquitas que quedan sumergidas, donde el agua cobra cierta velocidad y le provee las condiciones de oxigenación que necesita.

Bordes tierra/agua
Cuando los bordes tierra/agua aún son visibles y marcados, especialmente si la corriente los transita en forma acelerada, también son ambientes que no se pueden dejar pasar. Para este caso es conveniente dejar caer la mosca muy pegada a la costa, a centímetros apenas, y dejar que ésta “nade” naturalmente en deriva acompañando esa margen por unos metros.
Este tipo de ambiente requiere de mucha precisión en el castéo, hacerlo mal resta posibilidades. Si es muy largo caería sobre la tierra y provoca un desagradable enganche que obliga ir en búsqueda de la mosca, anulando el posible pesquero, y si es corto la mosca no entraría en la zona de acción del predador. Como esta pesca se realiza en deriva desde una embarcación recorriendo las márgenes de la costa, si no se ajusta el lanzamiento se van perdiendo muchas situaciones de pesca, en estas circunstancias es muy recomendable el uso de un motor eléctrico para mantener el rumbo controlado.

Árboles o Troncos Sumergidos
El agua tapa todo y muchas veces nos vamos a encontrar pescando donde quizás hace poco estuvimos caminando, así aparecen árboles a los que sólo se les ve la copa y enramadas lamiendo la superficie del agua, o troncos secos clavados en el fondo cubiertos de vegetación suspendida que la corriente va depositando.
Para estas alternativas conviene buscar un punto fi jo. Si bien es evidente que la corriente se bifurca para cada lado del obstáculo, siempre habrá algún signo que nos proponga una particularidad más propicia. Por eso la posición buscada tiende a volcarse sobre una de las márgenes.
La forma de pescar este ambiente se realiza casteando delante de ese obstáculo y dejar que la mosca entre con una deriva controlada para acompañarla con la línea hasta que se meta entre las ramas. La habilidad del mosquero ahora depende de la interpretación que pueda darle a lo que no ve debajo del agua, e imaginar el recorrido que hace la mosca. Cuanto más cerca pase, mejor. Es un tiro de mucho riesgo, pero con grandes posibilidades de lograr un buen dorado.
En estos lugares las posibilidades de dejar la mosca enganchada en una rama son muchas, por eso conviene utilizar moscas con sistemas antienganches.

Aguas negras
También las aguas negras son situaciones apropiadas para buscar al dorado y en este caso se suma el chafalote. Se las distinguen mientras se navega justamente por el destacado color negro, pero en realidad no son más que transparentes y contrastan con el característico color amarronado que tienen los ríos y riachos del Paraná medio e inferior.
La forma de pescar en esta agua se debe hacer donde se encuentra el cambio de color. Ubicar la mosca del lado oscuro para sacarla hacia el agua marrón, el pique se da en la zona desdibujada de manchones entremezclados, ahí el cazador aprovecha los juegos de luz y color para su acecho.
La pesca del “chafa” generalmente se logra en ambientes donde el agua forma importantes remansos. Caza en cardúmenes y encontrarse con un grupo de éstos seguro nos va a dar un buen rato de entretenimiento.
Posiblemente este pez no tenga la potencia de un dorado, pero sí es una magnifica pieza para disfrutar al extremo de una caña de pesca con mosca. De sorpresivo encuentro, veloz, astuto y persistente, decidido para atacar, pero difícil de acertar su clavada por la abundante composición ósea de sus fauces. Una vez hecho el contacto a través de la línea tensa, hasta verlo sacar su cuerpo entero fuera del agua no sabemos de qué pez se trata, en ese instante nos pone en el rostro un expresivo gesto de sorpresa regocijante. Mantenerlo siempre en tensión es la clave para lograr arrimarlo al copo antes de izarlo, porque hasta último momento este pez seguro va a tener recursos para zafar del anzuelo. Si bien no es un pez de gran peso, tiene dimensiones notables por su forma, lo que permite lograr lucidas imágenes fotográficas que en el fondo es lo que persigue la mayoría de los pescadores.
Una buena foto dura toda nuestra vida y mucho más, y el pez devuelto al agua también. Seguro va a dar muchas nuevas fotos y muchos nuevos peces, para otros nuevos pescadores de felices rostros.


Agradecimientos: al guía de Pesca con Mosca Marcelo Callegaris de Villa Constitución (Santa Fe), por su colaboración y predisposición para tomar fotografías para la realización de la presente nota.
Datos de contacto: http://www.marcelocallegaris.blogspot.com/ Cel. 0341-152023334

Términos comunes en la pesca con mosca.
Castear, casteo… - Del ingles “cast” – Lance.
Se utiliza en el lenguaje mosquero para indicar el lanzamiento. Los movimientos previos son llamados como “falso cast”.
Reventón – Agua que fluye hacia un cauce principal desde el terreno inundado, atravesando un borde o desnivel que provoca una aceleración de esta, incluso con una leve caída.
Chafalote - Raphiodon Vulpinis
Dorado – Salminus Brasiliensis

Un buen Pescador…
La antigua definición de un buen pescador era la de un hombre hábil atrapado por la magia de su presa, un hombre que lograba superar la ansiedad y alcanzaba la paz al verse inmerso y rodeado de agua fluente y de verde follaje. En el mundo actual, cada uno de nosotros debe agregar una nueva dimensión a nuestra pesca. Tenemos que convertirnos en celosos guardianes de los lugares donde pescamos. Todos los pescadores deben hacerlo ahora para detener y luego revertir la oleada de destrucción del agua fluente…
… Por lo tanto, agregue una dimensión más a su pesca. No vaya nunca a pescar a su río favorito o a cualquier otro sin poseer conocimientos del estado ecológico del agua. Mientras recorre su curso acostúmbrese automáticamente a efectuar un examen y delinear un plan de mejoramiento. ¿La pesca es tan buena como antes? Si la respuesta es negativa, ¿cuál es la razón? ¿Está contaminada el agua? ¿Disminuye su profundidad? ¿Cambia la temperatura del agua? ¿Qué puedo hacer para remediar estos y otros hechos?
Si a usted le gusta la pesca y sale a pescar, participe. En el nivel fundamental de largo plazo, sugiera y apoye los esfuerzos educacionales básicos. Debe imbuir en sus hijos, desde pequeños, un ethos de principios, que incluya el derecho de todos al agua limpia. No permita que ningún interés personal se interponga en el camino.
En bien de sus futuras jornadas de pesca y de vida al aire libre no deje nunca de planificar o realizar materialmente alguna mejora en las aguas donde estuvo pescando. Esa tarea puede variar desde observar detenidamente el aspecto del agua, llamar a un abogado experto en problemas de conservación, plantar un sauce o inclinar una piedra para que sirva de escondrijo. Si cada pescador se preocupa y hace algo, aunque sólo sea recoger una lata, ayudará a revertir la marea, influirá sobre otros y la cadena será interminable.
(Texto extraído del Epilogo del Libro Conservación de las Corrientes de Agua, de Michael Migel, NY 1974).

No hay comentarios:

Publicar un comentario